domingo, 7 de abril de 2013

Vuelvo, por desgacia...

Pues nada, después de todo este tiempo he vuelto. He vuelto con casi 10 kilos más encima. He estado sufriendo ataques de bulimia durante no se ya ni cuanto tiempo. Un puto infierno de mierda, no poder dejar de comer a ninguna hora... Bendita sea aquella chica que se cree que la bulimia es vomitar una galleta al mes porque te ves el culito un poco gordo.
En fin, vuelvo pero más decidida que nunca. Ya no hay vuelta atrás; ya he empezado a matarme muchísimo a ejercico (cardio) y a dejar de comer. No puedo seguir con esta imagen; he estado sufriendo muchísimo, además de la fobia social que he desarrollado y de que mi ansiedad no ha hecho más que aumentar. Ya llegan momentos en los que sin ningun tipo de razón aparente empiezo a experimentar los síntomas de la ansiedad y llego hasta casi marearme. Me he cerrado como una ostra frente a todas las personas que (creen que) me conocen; no más amigos, ni amigas, ni novios, ni líos. Ya sólo hay conocidos en mi """""""vida""""""". No hablo con nadie, sólo de cosas triviales como el tiempo, los deberes, música... He estado varias semanas con una depresión severa; fuera a donde fuera deseaba no estar allí, quería romper a llorar todo el rato, sentía como si tuviese una mochila de plomo a los hombros cargada todo el día y el malestar psicológico me producía un cansancio físico bastante particular, que hacía que me costase andar con decencia. Añadir que me cuesta muchísimo aguantar una noche en bares (que prácticamente sólo lo hago por no dejar sola a mi "amiga"), empiezo a tener ansiedad, aparecen los monstruos gritando como siempre; todas las miradas de la gente, puedo prácticamente interceptar en sus pensamientos y sólo quiero huir y huir, gritar, pero ahí tengo que estar...
Pero bueno, como siempre he pensado, hemos de ser como el Ave Fénix... De vez en cuando hay que prenderse fuego a sí mismo para renacer después de nuestras propias cenizas. El fuego llevo prendiéndomelo mucho tiempo y ahora mismo no soy más que cenizas, pero juro que renaceré. Algún día.

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